Tío Alberto, un artista de la infancia con una amplia obra publicada
Este martes, 2 de abril, se celebró el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, una fecha magnífica para poner en valor la obra plástica, literaria y gráfica de Tío Alberto, fundador en 1970 de nuestra CiudadEscuela Muchachos, su mayor, más fructífero y más vivo proyecto.
Alberto Muñiz Sánchez, nacido en León en 1938, manejó desde niño el lápiz y el pincel como medios de expresión. Convertido en arquitecto, pintor, escritor y, en definitiva, artista de la infancia, ha tejido una amplia trayectoria productiva en la que destaca ‘La Constitución del Niño’, todo un tratado sobre y para la infancia.
La Constitución del Niño, disponible en versión física y digital en la tienda de Amazon, es “la norma que puede regir en cualquier lugar donde haya más de un niño: en una Ciudad de los Muchachos o en esa importante miniciudad que es un hogar en familia, tu casa”. Tío Alberto conforma con cada uno de sus textos, dibujos y diseños una herramienta “que puede ayudarte a compartir seriamente con tus amigos y amigas, hermanos, hermanas, padres, madres o mayores, el importante juego de la Convivencia”.
“Es una obra de amor, es una obra de arte de Alberto Muñiz Sánchez”, escribe en su cariñoso proemio nuestra querida Gloria Fuertes. “La Constitución del Niño es un libro diferente y enseñante (…); el autor, además de tener el corazón como un piano, es un magnífico dibujante, a veces genial y siempre humilde”.
Arquitecto, escritor, pintor y escultor
Los inicios de la obra publicada de Tío Alberto se remontan a la década de los 60, cuando compatibilizó su actividad académica con su dedicación al mundo del cómic a través de las agencias editoriales “Sagitario” y “Estudios Sagitario / Servicios de Prensa” y de las revistas nacionales Sígueme, Tres amigos, Juventud, Vida nueva o Coeurs Vaillants, entre otras. También es autor en esta época de numerosas ilustraciones para libros y revistas locales, nacionales e internacionales.
Además de su intensa actividad como arquitecto, escultor y pintor, con obras que llevan su firma por todo el mundo (en especial en su León natal y en su Leganés adoptivo), destacan los libros ilustrados que ha publicado a lo largo de siete décadas de carrera profesional, y que le han valido numerosos reconocimientos nacionales.
Artista y pensador de la infancia
Buena parte de su obra se centra en la infancia, como la mencionada ‘La Constitución del Niño’ o su predecesora, ‘Convivencia. La Constitución del Niño, ilustrada’, de 1992. Destacan también ‘Muchachos. Historia ilustrada del Circo de los Muchachos’, de 1972 y reeditado en pequeño formato en 1978 como repaso a la génesis y el desarrollo de Benposta Nación de Muchachos, la iniciativa pedagógica y Ciudad de los Muchachos fundada por el Padre Silva (y cuya historia recogerá este año un documental producido por Amazon).
Entidades herederas de aquel proyecto, como la CEMU, Benposta Colombia y la Asociación Cultural Padre Silva, junto a Boys Town (fundado en 1917 en Nebraska, Estados Unidos, por el Padre Flanagan), protagonizaron el año pasado el I Congreso Internacional de Ciudades de los Muchachos del Mundo, cuyas tres jornadas conectaron las historias de vida y los proyectos pedagógicos repartidos por varias partes del mundo.
Tío Alberto también es autor de ‘Cuentos y Cantares’ (1980) y ‘¡Qué Buenos es ser Bueno!’ (2008) como obras dedicadas a la infancia; ‘Vivencia. El Niño por la Historia del Hombre’ (1984) como ensayo literario, ilustrado y artístico sobre el papel de la infancia; y ‘CEMU / CiudadEscuela Muchachos: una teoría para la educación en libertad’ (1984), donde junto al equipo de la CEMU expone sus principios pedagógicos.
Además de su producción dedicada a la infancia, destacan en la obra literaria de Tío Alberto poemarios como ‘Lo Nuestro y lo Suyo. Desahogos I’ (1966), ‘Desahogos II’ (1967) y ‘Principio Brutal / Dinamografismo poético’ (1970, reeditado en 1984), donde desarrolla su talento como poeta, como ilustrador y como diseñador.
Tío Alberto, en definitiva, ha dedicado buena parte de su vida y su obra, tanto civil como artística, a la infancia. Fruto de ello es la CEMU, la CiudadEscuela Muchachos, que desde 1970 dedica sus alegrías y desvelos a acoger, proteger y educar a niños, niñas y jóvenes con dificultades sociales adaptativas en camino a su integración.
