Juego, arte y aprendizaje simbólico
La influencia inconsciente del ambiente, –escribe el filósofo norteamericano John Dewey–, es tan sutil y penetrante que afecta a cada fibra de la personalidad y la mente en distintas direcciones como, por ejemplo: en los hábitos del lenguaje; en las buenas maneras; en el buen gusto y la apreciación de la estética.
La CEMU es una propuesta transformadora de un urbanismo bello al servicio de la infancia que responde a la pregunta común que diversas disciplinas se han formulado para proyectar escenarios y espacios desde la arquitectura y situaciones desde la pedagogía. Un proyecto de arquitectura educativa que se sirve del arte y de la estética para enseñar y emocionar.
Vygotsky insiste que nuestro sentido del mundo está formado por herramientas simbólicas adquiridas en el curso de la educación y del aprendizaje. Los seguidores del soviético entienden el proceso educativo como una adquisición de herramientas simbólicas que posibilitan las diferentes formas de comprensión del individuo. Por eso, la Metodología Educativa de la CEMU facilita el aprendizaje infantil a través del juego en un complejo sistema de espacios, símbolos, convenciones, normas y ceremoniales.
Desde que el visitante se adentra en la CEMU, antes incluso de cruzar su frontera y pasar la aduana, ya puede comprobar cómo le saluda el símbolo cemunero por excelencia, “la paloma-sonrisa-corazón” grabado en el muro principal. Además, si mira arriba, observará las banderas de la ciudad, de Madrid y de España, ondeando juntas en el asta de la puerta y, además, verá una fachada del edificio de la aduana, que está divertidamente decorada por la mano artística de su fundador con un mural multicolor.
El lateral este del edificio de la aduana está vestido de un gran mural que a modo de ventana se abre a una pequeña plaza, la del arquitecto García-Quijada. Una plaza en la que está instalada una reproducción de la escultura a la Constitución española que Tío Alberto regaló a la ciudad de Leganés en 1978, el primer monumento construido en honor a la carta magna. La constitución, la norma que se dan los pueblos para gobernarse democráticamente, es también la primera escultura que encontramos en la CEMU, escuela de democracia.